
LAS NEBULOSAS
Las nebulosas son nubes de gas y polvo que parecen brumosas a simple vista. Estos objetos celestes son algunos de los objetos más bellos que pueden observarse en el espacio. La palabra nebulosa procede del griego y significa nube. Las nebulosas desempeñan un importante papel, ya que en su interior se forman nuevos astros debido al colapso gravitatorio. Parte del gas se formó al comienzo de la historia del universo. El polvo y los elementos pesados son de origen más reciente, ya que se han formado en estrellas que lo liberaron al medio interestelar al final de sus vidas de forma más o menos violenta (supernovas).
Las nebulosas se dividen en tres tipos básicos:
1) Nebulosas de reflexión.
2) Nebulosas de emisión.
3) Nebulosas oscuras o de absorción.
4) Nebulosas planetarias.
Las nebulosas de reflexión:
Son nubes de polvo cuyos átomos reflejan la luz de una estrella próxima, por lo que aparecen del mismo color que las estrellas cuya luz reflejan, un ejemplo de ello es el de la nebulosa azulada que rodea a las Pléyades. Parecen más azules que la estrella debido a la forma en que la luz estelar es dispersada por las partículas de polvo en la nebulosa (equivale a la dispersión de la luz que hace que el cielo sea azul).
Las nebulosas de emisión:
Brillan porque sus átomos, excitados por la radiación emitida por las estrellas próximas, se convierten en fuentes de radiación. Son nubes de gas que reciben energía irradiada por estrellas cercanas calientes, y se muestran rojas en las fotografías astronómicas debido a la radiación característica del hidrógeno en la región roja del espectro.
La nebulosa Norteamericana en la constelación del Cisne, constituye un ejemplo de nebulosa de emisión con una nebulosa de absorción que define los límites que percibimos. En la zona equivalente al Golfo de México se observan pocas estrellas debido a la nebulosa de absorción oscura situada en ella.
Las nebulosas de absorción:
Son vastas nubes ricas en polvo que absorben la luz y sólo son ópticamente visibles cuando detrás de ellas hay una fuente luminosa sobre la que puedan destacar.
El gran trazo oscuro que parte la Vía Láctea en dos en la constelaciones del Cisne y del Águila también se debe a una nube de polvo oscuro.
Nebulosas planetarias:
Algunas nebulosas representan envolturas de gas desprendidas de estrellas moribundas. El término fue utilizado por Herschell a causa de su aspecto circular y muy delimitado que recuerda al disco de un planeta, de ahí su nombre.
Una nebulosa planetaria brilla porque la luz (radiación ultravioleta) procedente de la estrella con la que está asociada es absorbida por los átomos de la nebulosa y reirradiada. Son estrellas viejas que están expulsando material al espacio (enriqueciendo la materia interestelar con elementos pesados) y van camino para convertirse en enanas blancas, es decir, núcleos de estrellas gigantes rojas que han perdido sus capas externas. Una nebulosa planetaria es una transición desde el estado de gigante roja al de enana blanca. Hay catalogadas unas 1.500 nebulosas planetarias.

